Templarios y Templarias, bienvenidos a un nuevo artÃculo. En esta ocasión, les enseñaré tres maniobras fantásticas para ayudar a corregir las malas posturas de la espalda, una de las zonas que más sufre en el dÃa a dÃa.
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Debido al trabajo, es común que vayamos moviendo los hombros hacia delante hasta que generamos una postura de chepa. Si esto lo hacemos diariamente, acabaremos con dolores y problemas en la espalda, el cuello y la lumbar.
Si sufres de esta afección y tienes la espalda dañada. Este artÃculo es para ti, ya que conocerás 3 maniobras maravillosas de masaje que te ayudarán a resolver el problema:
Maniobras para corregir la postura
Si queremos corregir nuestra espalda tendremos que combinar las siguientes maniobras con ejercicios y entrenamientos.
Además, seguramente necesitaremos masajear más zonas del cuerpo para notar más beneficios.
Sin embargo, las maniobras que te enseñaré a continuación son claves y van a mejorar tu postura.
Masaje en la zona de la chepa
Comenzaremos trabajando directamente en la zona de la chepa. Para ello, colocaremos al paciente boca abajo y realizaremos unos amasamientos en toda la parte del paravertebral de la zona dorsal.
Con las yemas de los dedos vamos a ir buscando la parte de la columna. Una vez ubicada, en el huequito que hay, realizaremos unos circulitos queriendo aflojar la dureza de la musculatura que nos encontremos. Al aplicar la técnica, recuerda NO ejercer presión ni fuerza a la columna, se trabaja en el huequito que genera.
Si nuestro problema es de chepa o cifosis, seguramente notaremos zonas muy endurecidas como caparazón.
Con esta maniobra nuestra intensión será calentar el músculo para después poderlo estirar.
Puedes utilizar un poquito de crema o aceite para el masaje. Sin embargo, en poca cantidad para poder profundizar.
Estiramiento de escápula
Hecho lo anterior, procederemos a estirar la escápula. Para ello colocaremos el brazo en la espalda y lo elevaremos tanto como sea posible sin forzar ni lastimar al paciente.
Una vez encontrado el punto correcto, soltaremos la mano y empujaremos el codo hacia la camilla. Esto levantará el omoplato (en algunos casos será más notorio que en otros), un músculo que vamos a estirar desde la zona de la columna hacia nosotros.
Realizaremos esta técnica varias veces, haciendo un barrido con los dedos.
Si en toda la zona hay un punto más duro o que provoca mayor dolor, con el pulgar nos detendremos sobre él e insistiremos con un masaje circular hasta que percibamos que baja el dolor.
Después repetiremos la misma maniobra en el otro lado para equilibrar ambos músculos.
Estiramiento del pectoral
Las otras dos maniobras las vamos a realizar boca arriba, porque cuando hay una zona que nos duele, no solo estará afectada esa musculatura sino también la parte anterior.
En este caso, el músculo que más se va a ver afectado es el pectoral, ya que está localizado en la parte anterior del hombro.
Por esta razón, lo vamos a estirar. Para ello, sujetaremos la muñeca (agarrando la mano por el pulgar y el meñique) y nos dejaremos caer un poquito para conseguir un estiramiento progresivo de todas las articulaciones del brazo incluyendo la muñeca, el codo, el hombro y hasta el cuello.
Mantendremos el estiramiento por un minuto, solamente utilizando el peso de nuestro cuerpo como fuerza. Poco a poco notaremos como el brazo se va relajando y va cediendo hacia delante.
Estiramiento con el codo
Después del minuto realizaremos un segundo estiramiento. Para ello, separaremos el codo del cuerpo y lo flexionaremos a 90°.
Mientras tanto, con la otra mano mantendremos fijo el hombro del paciente (sin hacer mucha presión para no dañarlo) y luego bajaremos la muñeca hacia la cadera.
No es necesario hacer mucha fuerza, basta con mantener el estiramiento un tiempo hasta que notemos que aumenta la flexibilidad del brazo (avanza) o hasta que baje completamente a la camilla.
Al realizar esta maniobra, es probable que la zona que más moleste sea la del hombro que es donde se engancha el pectoral.
Estiramiento del esternón
Después, trabajaremos toda la zona que va desde el esternón hacia los hombros a través de un masaje con los dedos y un estiramiento de la musculatura.
Por último, amasaremos el pectoral, pinzándolo entre el pulgar y los cuatro dedos de la mano. El masaje debe ser suave y en función de la tolerancia del paciente.
En caso de realizar esta maniobra a mujeres, es necesario tener cuidado de no dañar la mama.
Ahora ya conoces tres maniobras que te ayudarán a recuperar tu postura. Ponlas en práctica y cuéntame en los comentarios cómo te ha ido.
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