¡Hola a todos y bienvenidos a un nuevo artículo! Soy Maribel Corpa, directora de Formación del Templo del Masaje. Hoy te voy a enseñar cómo hacer un masaje de cuello a tu pareja para que puedas darle una sorpresa con mucho amor en una fecha muy especial o simplemente cuando quieras. ¡Es un regalo súper relajante que no olvidará!
Aunque no tengas experiencia, lo vas a poder hacer sin ningún problema, ya que es muy sencillo y rápido.
Esta es una terapia que nos viene bien a todos, ya que el cuello es la parte donde más tensión se sufre, después de acumular durante todo el día el estrés que nos produce el trabajo, los atascos, entre otros. Por lo que sufrir esta carga puede llegar a provocar dolores, así que con esta terapia buscamos aliviar esta molestia y conseguir un gran descanso.
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Saber cómo realizar este tipo de masajes, es otra manera de auto cuidado y una excelente herramienta para cuidar de los demás.
¿Cómo hacerle un masaje de cuello a mi pareja?
Sin más, vamos a ponernos manos a la obra. Iniciaremos recostando a la persona cómodamente y nos colocaremos en la parte posterior (por la cabeza).
Previo al masaje
Después aplicaremos un aceite, el que tengas en casa, uno específico para contracturas o alguno para relajar (con aroma sería perfecto).
Cogeremos una pequeña cantidad y lo repartiremos homogéneamente por toda la zona a tratar.
Posteriormente, haremos un drenaje del cuello parecido al drenaje facial. De hecho, esta terapia antes del masaje (de cuello) puede mejorar sus resultados.
Maniobras en el cuello
Iniciaremos realizando un bombeo en el hueco que hay por encima de la clavícula y por todo el lateral del cuello, yendo hacia delante y hacia atrás del esternocleidomastoideo.
Continuaremos con una movilidad muy suave en la parte frontal del cuello, lo haremos poco a poco desplazando hasta donde nos deja y nos permita y alternando una mano y la otra. Como está la tráquea y es muy sensible, hay que tener cuidado.
Estiramientos
Cuello-Occipital
Ahora amasaremos y relajaremos la parte posterior. Para ello, cogeremos la cabeza con las manos apoyadas en la zona del occipital.
De este modo, dejaremos los dedos libres para poder trabajar con ellos.
Cuando ya estemos en esta posición, realizaremos unos pases por todo el cuello desde la zona de las dorsales hasta el occipital.
En esta última parte sujetaremos y agarraremos bien con los dedos para hacer una pequeña tracción hacia atrás. No hay que hacer fuerza, simplemente cogemos y estiramos un poco.
Dependiendo de cada persona, vas a poder ejercer más o menos presión. Así lo mantendremos para conseguir mayor elongación.
Hombro-Cuello-Occipital
Seguiremos con unos estiramientos para trabajar los laterales. Empezaremos llevando la cabeza de lado, tratando de acercar la barbilla a la zona del hombro. Para ello, la giraremos, sujetando con una mano la parte del occipital y con la otra el hombro.
En esta posición estiramos y mantendremos un poco. Hecho esto, soltamos el hombro y usamos esa mano para buscar áreas en las que haya contractura en el cuello.
Seguramente notarás que hay un lugar que siempre tiene mayor tensión; ahí amasaremos y repetiremos lo mismo en el otro lado.
Hombro-Cuello-Occipital (lateral)
Continuaremos con otro estiramiento, pero esta vez lo que haremos es llevar la oreja hacia el hombro.
Para ello sujetamos la cabeza por la zona del cráneo y la desplazaremos hacia un lado con el objetivo de para pegar la oreja en el omoplato.
En esta posición, sujetamos con una mano la cabeza y con la otra estiramos el hombro. Al igual que en el paso anterior, buscaremos las contracturas con las yemas de los dedos para detectar dónde está la mayor tensión y dónde el músculo está limitando el movimiento.
También podemos hacer unos amasamientos de pinza para utilizar más el pulgar.
Igual que antes localizaremos la zona de mayor tensión y colocaremos la cabeza derecha. Sin mover los dedos de dónde los habíamos dejado (en el área de mayor tensión) trabajaremos la contractura ahora en relajación. Lo podemos hacer con movimientos circulares o presionando el punto y manteniendo.
Terminado lo anterior, realizaremos un recorrido por el lateral del cuello hasta llegar a la oreja para ver si nos encontramos con alguna otra contractura, si es así, nos detendremos en ella y estaremos un rato amasándola. Repetiremos este mismo estiramiento en el otro lado.
Sujeciones con pinza
Después de los estiramientos realizaremos un amasamiento en todo el cuello haciendo una maniobra de pinza con la mano por si se ha quedado alguna tensión al haber estirado.
Orejas y mandíbula
En las orejas colocaremos dos dedos por delante y dos por detrás pegando bien las manos. Aquí haremos unos círculos tratando de desplazar la oreja por dentro.
Luego la agarraremos bien por la parte interior y trataremos de separarla como si la quisiéramos abrir al máximo.
Va a ser un movimiento muy sutil (seguramente pienses que no estás haciendo nada) que la persona agradecerá porque conseguirás descongestionar toda esa zona lateral de la cabeza.
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Ahora vamos a masajear la zona externa de la oreja y para eso haremos como si quisiéramos estirar todos los dobleces que tiene, desde la parte del lóbulo iremos por todo el borde queriéndola planchar.
Después pasaremos a la zona de la mandíbula por delante de la oreja (justo en la inserción del masetero) y masajearemos todo ese músculo desde arriba del hueso del pómulo hasta el pico de la mandíbula realizando presiones hacia abajo.
Después cogeremos (de toda la zona del masetero) el punto donde encontremos mayor contractura y ahí dejaremos dos dedos puestos para realizar una presión mantenida sin llegar a producir dolor, pero si buscando que se note que estamos trabajando la contractura. Aquí estaremos unas cuantas respiraciones hasta que notemos que la textura de este tejido ha cambiado.
Posteriormente, realizaremos unas presiones hacia abajo queriendo abrir la mandíbula.
Finalizado lo anterior, apoyaremos las manos encima de la clavícula para colocar los pulgares en la punta de la barbilla y haremos una pequeña presión.
De esta manera, poco a poco la persona va a ir abriendo la boca. Recuerda aplicar la fuerza necesaria para no lastimar.
Amasamientos finales
Continuaremos con un amasamiento general, ya que así provocaremos una sensación un poco más relajante y agradable.
Para finalizar, trabajaremos en la cabeza colocando las manos por detrás del occipital y ahí realizaremos unas presiones con los dedos dibujando unas líneas que vayan rectas desde esta zona hasta la frente.
Cuando pasemos por la parte superior es mejor usar los pulgares.
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Posteriormente haremos unas presiones siguiendo todo el borde de las orejas hasta las sienes. Repetiremos varias veces para conseguir mayor relajación.
Hechos todos estos pasos podemos terminar con unos pases relajantes en los hombros, trabajar la zona del escote o masajear otras áreas del cuerpo. Con esto dejarás a la persona completamente relajada.
Esto ha sido todo por hoy, espero que les haya gustado y, sobre todo, que lo practiquen en pareja. ¡Les encantará!
Si quieres conocer más trucos como este, no olvides seguirme en mis redes sociales y recuerda siempre cuidarte que tu cuerpo es tu templo. ¡Hasta la próxima!