La sinusitis es una patología por la cual se inflaman los senos paranasales, como consecuencia de la infección por un virus, bacteria u hongo. Las sensaciones que deja son varias: nariz mucosa, dolor de cabeza o dolor en la zona central de la cara. Se trata de sensaciones muy incómodas para aquellos que las padecen. Por eso es importante indagar acerca de la sinusitis y de las opciones para tratarla. Masajear la zona afectada suavemente mejora las dolencias.
Lo primero que hay que conocer son los senos paranasales. Son cavidades óseas, llenas de aire, que se ubican en el cráneo y cara. Se localizan detrás de la frente y abarcan los huesos de la nariz, mejillas y ojos. Cuando se infectan se inflaman los tejidos blandos por los que están recubiertos, produciendo sinusitis y ese dolor y malestar facial. La duración de la patología es variable y, en algunos casos, puede llegar a cronificarse. Las causas son diversas. En ocasiones se debe a la propia anatomía del paciente, quien puede presentar un tabique desviado o haber tenido trastornos en el desarrollo, como la fibrosis quística. Por otro lado, se puede deber al estilo de vida o a alguna infección.
Cuando una persona es diagnosticada de sinusitis, el médico especialista le podrá indicar un tratamiento específico pero, existen algunos remedios “caseros” para combatirla. Uno de ellos es inhalar esencias naturales de plantas aromáticas como tomillo, lavanda o eucalipto. El otro es automasajearse, o acudir a un centro, la frente, cavidades oculares y pómulos para aliviar las tensiones y carga acumulada.
Existen algunas plantas aromáticas que al inhalar su esencia producen grandes beneficios en el cuerpo. Al respirarlas, el aroma se introduce en las mucosas hasta los senos maxilares y frontales, así como a los pulmones y la sangre, repartiéndose por todo el organismo sus beneficios. Para esto sirve el tomillo, la lavanda, el pino o el lavanda y el proceso es muy sencillo.
Hay que hervir las plantas en una cacerola y, posteriormente, cubrirse la cabeza con una toalla y, con cuidado, acercarse al recipiente e inhalar profundamente durante varios minutos. Lo conveniente es repetir la operación, al menos, dos veces al día.
Darse un masaje con un poco de crema es otro de los remedios. Además se puede añadir alguna de las esencias citadas anteriormente para favorecer su inhalación. Para ello hay que localizar los puntos clave y masajear en círculos y con distinta presión los ojos, la zona de la nariz, frente y pómulos. También en medio de las dos cejas suele ser un punto que al presionarlo produce mucho alivio. Se puede repasar todas estas zonas utilizando uno o más dedos y estirando la piel hacia el exterior, como si quisiéramos quitar presiones y relajar la zona. No conviene olvidar el área de la barbilla, boca y encías.