El Mundo: Emprendedores

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Cada día abren sus puertas unos 70.000 negocios franquiciados. Operar bajo el nombre de una marca conocida que además presta apoyo en la puesta en marcha y mantenimiento de la empresa es el principal aliciente de este sistema no exento de dificultades. Por eso, antes de firmar el contrato valora la solidez de la marca y contrasta su fiabilidad con otros que ya forman parte de su red.

Un par de años de funcionamiento y dos o tres establecimientos propios son las condiciones mínimas que debe cumplir una marca para empezar a franquiciar. Sin embargo, existen excepciones. El Templo del Masaje nació hace 11 años y en 2010, con el único local propio que tiene activo, decidió abrir su primer establecimiento franquiciado; en la actualidad dos más se han unido a la red. Marina Assir, socia fundadora de la marca junto con Marina y Maribel Corpa, explica que prefieren crecer poco a poco y sobre seguro: «La cabeza pensante tiene que empaparse de la cultura del centro». Por eso sólo franquician a empleados de El Templo del Masaje. «Si no es así, el candidato tendría que trabajar con nosotros por un período mínimo de cuatro o seis meses, en función de su experiencia. Esta colaboración mercantil no garantiza que sea apto para abrir un centro… tenemos que evaluar a cada uno y decidir si realmente encaja en nuestro modelo», afirma Assir.

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