¡Hola a todos! Bienvenidos a un nuevo artículo. Nuevamente hablaremos sobre masajes, pero en esta ocasión nos enfocaremos en los hombros y los omoplatos.
Esta parte, es una articulación que afecta la circulación y la respiración, por lo cual, al liberarla conseguiremos una mejor postura y una relajación completa de la espalda.
¿Quieres Aprender Más? ¡Inscríbete a Nuestro Curso Online de Iniciación al Masaje Ahora Mismo!
La mayoría de nuestros pacientes del Templo del Masaje tiene muchas contracturas en toda esta zona y es posible que tú también las tengas.
Por esta razón, el día de hoy aprenderemos masajear el área para liberar la tensión y mejorar el estado de salud.
Músculos por trabajar
Antes de pasar de lleno con el masaje repasaremos los músculos de la espalda para detectar las zonas en las que hay que trabajar.
En la espalda encontraremos unos músculos profundos (más pequeños) y superficiales (más grandes). En el lado de la derecha tenemos la escápula y el omoplato y entre ellos hay unos músculos pequeños pegados a la columna que son los romboides.
También encontraremos el paravertebral y debajo de la escápula otra musculatura llamada serrato que será muy relevante para este masaje.
Como músculos más superficiales tenemos el trapecio (el que siempre se necesita masajear), el deltoides (cubriendo el hombro) y el dorsal.
Todos estos músculos son los responsables de que podamos mover el hombro hacia todos lados, por lo cual, si están tensos tendremos molestias.
Masaje de hombro
Colocación del aceite
Antes de comenzar con el masaje colocaremos un poco de aceite. En este caso, yo recomendaría el aceite de almendras, pero lo que tengas en casa te servirá.
Lo aplicaremos por toda la parte del omoplato, el hombro, el brazo y hasta el codo.
Entre más cantidad de aceite utilices menos presión realizarás. Por esta razón, regula la aplicación en función de la intensidad del masaje.
Masaje de calentamiento
Iniciaremos el masaje ablandando el tejido para hacerlo entrar en calor a través de amasamientos con las yemas de los dedos (haciendo movimientos circulares en ambos sentidos) o con la técnica de pinzado.
El digital nos ayudará a buscar contracturas y detectar las zonas que peor estén.
Masaje del serrato
Para trabajar este músculo estiraremos el omoplato hacia arriba, así tendremos más acceso a la zona donde se encuentra.
Seguramente en los hombres será más fácil de detectar que en las mujeres, pero eso no significa que no esté contracturado.
Para estirar el omoplato moveremos el brazo del paciente hacia arriba.
Trabajaremos la zona amasando toda la parte de las costillas e iremos subiendo hasta tocar el borde del hueso.
Justo en esta zona sentiremos una masa un poquito más dura. ¡Ese será el serrato!
Masaje del hombro
Ahora trabajaremos la parte del hombro. Para ello colocaremos el brazo de forma horizontal y subiremos por todo el lateral del omoplato haciendo un pinzado.
En esta zona encontraremos varios músculos que seguramente estarán endurecidos, en ellos insistiremos más.
Después, en la parte superior del hombro hallaremos una zona que tiene “cordoncitos”, la tomaremos y la amasaremos como en oleaje para darle más flexibilidad. Apóyate en la imagen para detectarla.
Continuaremos realizando amasamientos por toda el área del deltoides.
También, podemos masajear el antebrazo, el codo e incluso la mano. De esta manera, conseguiremos disminuir la tensión de los brazos y de los hombros.
Masaje de la escápula
Ahora vamos a trabajar 3 puntos de la escápula usados también en el masaje para aliviar el síndrome del hombro congelado. Sin embargo, esta vez realizaremos maniobras más intensas.
Punto #1
El primero está en la parte inferior, justo en el ángulo del omoplato. Ahí vamos a masajear con el pulgar en círculos.
Punto #2
El siguiente punto lo vamos a encontrar en la parte media del omoplato. Realizaremos la misma maniobra que en el anterior.
Punto #3
El tercer punto se ubicará en la unión entre el omoplato y el brazo por la parte posterior. Aquí podremos usar las yemas de los dedos o el pulgar (lo más cómodo).
Estos 3 puntos son muy sensibles, por lo cual, es posible que generen un poco de molestia. Como ya lo sabes, ajústate a la tolerancia de tu paciente, NO tienes que llegar al dolor.
Estiramientos del omoplato
Ahora estiraremos el omoplato. Para ello, colocaremos el brazo del paciente en la parte posterior. Recuerda que debes respetar la flexibilidad de la persona y no forzar para evitar dañar.
Hay que gente que solo llegará a la parte lumbar, otras hasta el dorsal y algunas más a la altura de los pulmones. ¡Ajústate a su tolerancia!
Cuando ya estemos en la posición descrita, bajaremos el codo hasta la camilla. Esto hará que se levante el borde del hueso y sea más fácil estirar el músculo.
Hecho lo anterior, colocaremos los dedos en la parte que sobresale del hueso y ahí forzaremos un ratito con el objetivo de profundizar cada vez más. Aunque esta maniobra parece un poquito dolorosa o molesta no lo es para nada, siempre y cuando no fuerces.
Masaje del trapecio
En esta misma posición trabajaremos la zona del trapecio (parte superior). Aquí vamos a buscar las contracturas con los dedos, pegándonos bien al cuello y yendo por toda la línea del músculo hasta llegar al hombro.
Si hay alguna contractura localizada (que notamos perfectamente) con el pulgar la presionaremos (hasta donde la persona nota que le molesta, pero lo soporta) durante un minuto por lo menos.
Después, soltamos el brazo y lo dejamos relajado por el lateral de la camilla.
Posteriormente, hacemos un pequeño amasamiento para calmar el dolor que hayamos provocado con este estiramiento.
Finalizaremos, con unos pases suaves y sedantes para quitar la electricidad estática que pueda tener la persona.
Consejos finales
Al trabajar un hombro y el otro no, notaremos una diferencia física. El que trabajamos lucirá más bajo y relajado, mientras que el otro estará más contracturado y elevado. Esto no solo será visualmente, el paciente también lo sentirá. Por esta razón, es importante trabajar los dos.
Si la persona tiene mucha tensión y con esta terapia no es suficiente, lo ideal sería masajear la zona frontal.
¿Quieres Aprender Más? ¡Inscríbete a Nuestro Curso Online de Iniciación al Masaje Ahora Mismo!
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que te haya gustado y te sea de mucha utilidad. Te invito a compartirlo con todos tus amigos y a hacerte miembro de mi canal de YouTube.
¡Y no lo olvides! Cuídate que tu cuerpo es tu templo. ¡Hasta la próxima!