¿Quién no ha tenido una contractura? Con estos consejos queremos ayudarte a evitarlas y superarlas de manera natural y efectiva. Con ejercicio moderado y una buena alimentación, evitarás estas molestias leves que pueden llegar a incapacitarnos para el día a día.
Las contracturas son una molestia común, no sólo en deportistas muy activos, también aparecen en personas sedentarias y en las que hacen deporte de manera esporádica. Se trata de una contracción persistente e involuntaria del músculo y se debe a movimientos mal realizados o esfuerzos que superan nuestra capacidad muscular.
En personas sedentarias, la mala postura y la falta de elasticidad y flexibilidad son los condicionantes más comunes en la aparición de contracturas. La práctica de ejercicio esporádico también puede ser motivo de contracturas. Si congestionamos los músculos durante 6 días y luego realizamos un esfuerzo excesivamente fuerte o continuado en un sólo día, éstos sufren un mayor impacto y desgaste.
Otro condicionante es el estrés. A mayores niveles de ansiedad, más posibilidad hay de sufrir lesiones, tanto leves como más graves. Además, el propio estrés es a veces el factor determinante en la aparición de contracturas.
Si no realizas ejercicio de manera habitual, lo mínimo aconsejable es que realices estiramientos a menudo. Si trabajas sentada, levántate y activa la circulación con un paseo, gira las muñecas y los tobillos, estira el torso, inclínalo a un lado y a otro, mueve los hombros hacia delante y atrás y realiza giros y movimientos de cuello.
Si te decides o ya realizas actividad física, es importante el progreso paulatino y continuado de la intensidad y las cargas, así como de la duración de las sesiones, para no someter los músculos a esfuerzos para los que no están capacitados. Además, es importante que el calentamiento y los estiramientos mencionados anteriormente se realicen antes y después del ejercicio físico.
Además del dolor, una contractura puede impedirnos llevar a cabo las tareas diarias más comunes y hacerse crónica si no la tratamos como corresponde. Si las contracturas son frecuentes, pueden deberse también a una mala alimentación.
Para tener los músculos a tono, es esencial tomar las proteínas necesarias. Si cubrimos esta necesidad proteica y la acompañamos de verduras y hortalizas a diario, será más difícil sufrir este tipo de lesiones.
La carencia de minerales, en especial el magnesio y el potasio, puede ser también causante de contracturas. En ese caso, deberíamos consumir más frutas y verduras que contengan estos minerales. Las legumbres, cereales y frutos secos también aportan sustancias vitales para fortalecer nuestro organismo y evitar las contracturas.
En definitiva, una dieta equilibrada, con el aporte suficiente de vitaminas, minerales y proteínas. Esto sumado al ejercicio físico moderado y continuado, fortalecerá nuestra musculatura, preparándola para el desarrollo de una vida plena y saludable.
Además, este bienestar nos ayudará a disminuir la presencia del estrés, el tercer condicionante que interviene en este tipo de molestias. Nutrición, ejercicio y felicidad para evitar las contracturas y si es persistente, pregunta a un profesional cómo solucionarlo. En Templo del Masaje lo somos, consulta nuestras sesiones de masajes descontracturantes y todos los servicios que tenemos a tu disposición.
He leído con gran interés su artículo sobre Evitar contracturas:
ejercicio y nutrición y puedo decir que es uno de los mejores artículos que he leído.