Si al finalizar la jornada eres de ese 25 % de la población que nota las piernas muy cansadas, o del 10 % que padece de varices, con unos simples hábitos conseguirás mejorar la circulación y aliviar los síntomas que, en ocasiones, también están relacionados con la sensación de hormigueo, calambres, dolor al caminar e hinchazón de tobillos. Estas alteraciones en la circulación no desaparecen solas, suelen ir a más, afectando directamente a la calidad de vida.
Desde el Templo del Masaje te recomendamos algunos sencillos consejos que, de cara al verano y las altas temperaturas, supondrán una mejora para tus piernas:
- Hábitos posturales: evita estar mucho tiempo de pie o sentada. Eleva las piernas de vez en cuando y trata de no cruzarlas cuando te sientes. A la hora de dormir es recomendable situar un cojín o almohada debajo de las rodillas para mantener ligeramente elevadas.
- Elige bien ropa y complementos: mejor prendas vaporosas que ajustadas. Si usas tacones lo recomendable es que sean de dos a tres centímetros de altura. El calor no es bueno para la circulación así que nada de cera caliente o saunas.
- Cuida tu alimentación: el sobrepeso dificulta la circulación de la sangre y produce hinchazón. Toma alimentos diuréticos sobre todo en el verano, también si padeces ya de hipertensión o fumas.
- Ojo a las mujeres: son el colectivo que se ve más afectado por las varices debido a una predisposición hormonal, sobre todo después del embarazo o si se han tomado anticonceptivos orales durante mucho tiempo. Existen medias de comprensión para evitar que la variz vaya a más al aproximar las paredes de las venas entre sí, haciendo que las válvulas se cierren y la sangre discurra con normalidad.
- Haz ejercicio un par de veces a la semana. También puedes caminar media hora al día y después aplicarte crema fría (en la nevera se conserva bien) en las piernas, masajeándolas suavemente.
Además de estos consejos hay que tener en cuenta otros factores que afectan a la circulación, como el tabaquismo, el abuso del alcohol y algunos medicamentos y, por supuesto, el estrés. Una vida sana que incluya introducir buenos hábitos en la alimentación y ejercicio son claves para prevenir dolores innecesarios y, también, para mejorar el problema de las varices.